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Ahora veamos los dos ligamentos colaterales, el ligamento colateral del peroné en la cara lateral y el ligamento colateral de la tibia, en la cara medial. El ligamento colateral tibial va desde el epicóndilo medial del fémur hasta el aspecto anteromedial y proximal de la tibia.
El ligamento colateral de la tibia se fusiona con la cápsula de la articulación de la rodilla por detrás y también por el frente. En su aspecto interno, está firmemente adherido al extremo del menisco medial, que está aquí. Ahora veamos al ligamento colateral del peroné, que es bastante diferente. Va desde el epicóndilo lateral de la tibia hasta la cabeza del peroné.
El ligamento colateral del peroné permanece por fuera y al lado de la articulación de la rodilla. A diferencia de su contraparte, el colateral de la tibia, no se fusiona con la cápsula articular. No está unido al menisco.
Cuando se extiende la rodilla, ambos ligamentos colaterales se tensionan. Cuando se dobla, se ponen menos tensos. La función de los ligamentos colaterales es conservar unidos los cóndilos femorales y tibiales, previniendo de esta manera el desplazamiento lateral. Así, o así.
Además de los obvios movimientos de la rodilla – flexión y extensión- es posible también una rotación leve de la tibia sobre el fémur, así. Esta rotación solo puede suceder cuando la rodilla está flexionada – cuando está extendida, la tensión de los ligamentos colaterales hace imposible la rotación-. La siguiente estructura que debemos añadir para seguir construyendo la escena de la articulación de la rodilla es el tendón del cuádriceps, y junto con el, la rótula.
Aquí está el extremo distal del músculo cuádriceps, que veremos con más detalle más adelante en esta sección. Aquí está el tendón del cuádriceps. La rótula, que está aquí, se encuentra incluida dentro del tendón. La parte del tendón que se encuentra por debajo de la rótula se conoce como el ligamento o tendón rotuliano. En el lado medial y en el lateral, el tendón se continúa con la cápsula articular de la rodilla.
Entre el tendón del cuádriceps y el fémur se encuentra una extensión de la cavidad articular de la rodilla, la bursa del cuádriceps o suprarrotuliana. Tapizada por la membrana sinovial. Este bolsillo lubricado hace posible el fácil deslizamiento del tendón del cuádriceps sobre el fémur.
Ahora completaremos nuestro cuadro de la articulación de la rodilla sumando la cápsula fibrosa que la envuelve.
Aquí está la articulación de la rodilla con la cápsula articular intacta. En la cara medial, la delgada cápsula se continúa con el ligamento colateral de la tibia pero en la cara lateral la cápsula está separada del ligamento colateral del peroné. En la parte posterior de la articulación, la cápsula es gruesa y fuerte. Esta cápsula posterior engrosada limita la hiperextensión de la articulación de la rodilla.
Aquí hemos dividido la cápsula fibrosa para ver su superficie interna. Está tapizada por dentro por la membrana sinovial alrededor de toda la articulación, excepto en la parte posterior. En la parte posterior, como veremos si retiramos la cápsula, la delgada membrana sinovial (aquí está) pasa hacia adelante alrededor de los ligamentos cruzados, cubriéndolos por el frente.