(2.23)
Ahora vamos a ver los ligamentos que conectan el cráneo con las vértebras cervicales. Como los ligamentos de otras partes del cuerpo, estas estructuras sostienen los huesos y al mismo tiempo, permiten a los huesos el movimiento en relación con otros, y establecen los límites de sus movimientos.
Miraremos primero las estructuras que permiten el movimiento entre las vértebras, los discos intervertebrales y las articulaciones intervertebrales. Luego veremos tres ligamentos que se extienden a lo largo de la espina cervical, el ligamento nucal, el ligamento longitudinal anterior y el ligamento longitudinal posterior. Por último los ligamentos especiales alrededor de la apófisis odontoides.
Aquí apreciamos la columna cervical en el cuerpo vivo. Aquí están las apófisis espinosas, las masas laterales, las apófisis transversas y los cuerpos vertebrales. Las articulaciones intervertebrales están aquí. Son articulaciones sinoviales. Para ver mejor estas estructuras, haremos un corte entre las masas laterales a lo largo de esta línea.
Como en todas las articulaciones sinoviales, cada superficie ósea esta cubierta por una capa de cartílago articular liso. El espacio entre los cartílagos esta ocupado con líquido sinovial lubricante. El líquido está contenido en una capsula articular fibrosa, que permite el movimiento.
Entre cada cuerpo vertebral y su vecino hay un disco intervertebral. Para mirar los discos haremos un corte en la línea media. Los discos están hechos de fibrocartílago que está firmemente unido a la vértebra arriba y abajo. Las articulaciones fibrosas formadas por los discos permiten solo un pequeño movimiento entre las vértebras cervicales típicas.
Los movimientos que pueden ocurrir entre estas vértebras son la flexión anterior, extensión, y un movimiento de torsión, que es una combinación de la rotación y la flexión lateral. En los espacios entre el occipucio, el atlas, y el axis, donde ocurre gran rango de movimiento no hay discos, solo articulaciones sinoviales.