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Ya que hemos visto los huesos, veremos algunos de los principales ligamentos que son importantes para mantener unidos el sacro con los coxales.
El peso del cuerpo se transmite desde la columna vertebral al coxal, en la articulación sacro-iliaca. La articulación sacro-iliaca está reforzada por detrás y al frente por ligamentos, el ligamento sacro-iliaco anterior al frente y el gran ligamento sacro-iliaco posterior por detrás.
Adicionalmente, la articulación sacro-iliaca está reforzada por dos grandes ligamentos que pasan desde el sacro hasta el isquion, los ligamentos sacro-tuberoso y sacroespinoso.
Aquí está el ligamento sacro-tuberoso. El ligamento sacro-tuberoso comienza aquí detrás del sacro. Pasa lateralmente, abajo y ligeramente hacia adelante. Se inserta aquí en la tuberosidad isquiática.
Ahora agregaremos el ligamento sacro-espinoso a la imagen. Aquí está. El ligamento sacro-espinoso está ubicado al frente del ligamento sacro-tuberoso, y medial a el. Va desde aquí en el borde del sacro, hasta aquí en la espina isquiática.
Estos dos ligamentos dividen el espacio entre el sacro y el isquion en dos aberturas: El agujero ciático mayor y el agujero ciático menor.
Demos un vistazo a un espécimen pélvico completo, desde atrás y abajo. Los ligamentos sacro-tuberosos por detrás y las ramas isquio-púbicas al frente, forman los limites de una abertura debajo de la pelvis llamada estrecho inferior de la pelvis.
Vista desde abajo la abertura se ve como una elipse, pero no es una elipse plana. Debido a la curva escarpada que dan los ligamentos sacro-tuberosos detrás, y la ligera inclinación inferior de las ramas isquio-púbicas en frente, la elipse tiene una marcada curva.
Aquí está el estrecho inferior de la pelvis, visto desde arriba. Cuando lo miramos desde aquí arriba, no es tan fácil apreciar la figura tridimensional del estrecho.