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Ahora que hemos visto el oblicuo interno, es hora de agregar a la imagen el músculo oblicuo externo. Aquí está el músculo oblicuo externo, el más exterior de los tres músculos planos. Las fibras del oblicuo externo forman lateralmente, una espiral hacia abajo y adelante y en la parte anterior, hacia abajo y medial.
El oblicuo externo nace de un área amplia en la parte externa de la reja costal, desde aquí en la doceava costilla hasta aquí en la quinta costilla. La línea en zigzag que da origen al oblicuo externo se une con la línea de origen del serrato anterior. Aunque es un músculo continuo, veremos al oblicuo externo en dos partes, una parte posterior que sale de la doceava a décima costillas, y una parte anterior que sale de la novena a la sexta costilla.
La porción anterior del oblicuo externo termina en esta aponeurosis del oblicuo externo. Esta se fusiona con las aponeurosis combinada de los otros dos músculos planos, para formar la vaina del recto anterior.
La aponeurosis del oblicuo externo tiene un borde largo inferior libre entre la espina iliaca anterosuperior, y el tubérculo púbico. Como ya hemos visto, este borde inferior libre, es el ligamento inguinal, que veremos en detalle en un momento.
La porción del oblicuo externo que sale desde la décima hasta la doceava costillas permanece carnosa desde su origen hasta su inserción. Se inserta por el borde externo de la mitad anterior de la cresta iliaca. Aquí atrás, el oblicuo externo tiene un borde corto libre, entre la doceava costilla y la cresta iliaca.
Ahora que hemos visto los tres músculos planos, repasaremos sus acciones. Cuando los tres músculos planos en ambos lados se contraen simultáneamente, como lo hacen normalmente, aumentan la presión dentro de la cavidad abdominal.
Cuando nuestra vía aérea está abierta, como vimos en la sección anterior, el aumento en la presión intra-abdominal empuja el diafragma hacia arriba, haciendo que el aire salga de los pulmones. Cuando sostenemos nuestra inspiración, cerrando la laringe, los músculos planos aportan la presión necesaria para expulsar el contenido tanto del recto como de la vejiga o el útero, a través de sus respectivas aberturas.
Cuando los músculos oblicuos se contraen individualmente, también juegan un papel en la flexión lateral de la columna lumbar y rotación de la columna torácica.