(4.14)
Ahora echemos un vistazo a los huesos. Vamos a empezar por echar un vistazo más profundo a los dos largos huesos de la pierna, la tibia y el peroné. La tibia es la más grande de los dos huesos.
Las diáfisis de los dos huesos están cubiertas por músculo, a excepción del aspecto anteromedial de la tibia, que se encuentra directamente por debajo de la piel, desde la rodilla hasta el tobillo. El extremo proximal del peroné no forma parte de la articulación de la rodilla, pero su extremo distal forma una parte importante de la articulación del tobillo, como veremos.
La tibia y el peroné se mantienen unidos en toda su longitud por una fuerte membrana interósea. Por encima y por debajo están unidos por las dos articulaciones tibioperoneas. La articulación tibio-peronea proximal es una articulación sinovial, la distal es una articulación fibrosa. Hay muy poco movimiento en estas articulaciones. Distalmente los dos huesos están fuertemente unidos por el ligamento tibio-peroneo anterior y el ligamento tibioperoneo posterior.
Los extremos protruyentes de la tibia y el peroné, que sobresalen a cada lado del tobillo, se llaman maléolo medial y maléolo lateral.
La superficie articular para la articulación del tobillo es una amplia escotadura, formada por la curvada superficie inferior de la tibia, y las superficies internas del maléolo medial, y del maléolo lateral.
Ahora vamos a ver el hueso que se articula con la tibia y el peroné para formar la articulación del tobillo: el astrágalo. Este es el astrágalo. El hueso situado por debajo y detrás de él, es el calcáneo o hueso del talón. El hueso en frente del astrágalo es el hueso navicular o escafoides. Conoceremos los huesos restantes del tarso en breve. Ahora regresaremos a la vista lateral para ver el astrágalo aisladamente.
Esta es la cabeza del astrágalo, este es el cuello. El astrágalo tiene tres superficies articulares, una en la cabeza y una en la parte inferior para las dos articulaciones donde se producen la inversión y la eversión, y una en la parte superior para la articulación del tobillo.
Aquí está la articulación del tobillo. Vamos a ver cómo se ve en el cuerpo vivo. Aquí la parte laxa de la cápsula articular se ha eliminado, dejando estas partes engrosadas, que son los ligamentos de la articulación. Aquí está la parte frontal de la articulación en flexión plantar o plantiflexión, aquí está la parte de atrás de la articulación en flexión dorsal o dorsiflexión.
En la cara lateral, la articulación se mantiene unida mediante los ligamentos astrágaloperoneo posterior y astrágaloperoneo anterior. En la cara medial está unida por este ligamento masivo, el ligamento deltoideo , que se une no sólo a un área amplia en el astrágalo , sino también a los huesos adyacentes abajo y al frente, como veremos en breve.
Los ligamentos de la articulación del tobillo aseguran que el astrágalo no pueda balancearse de lado a lado así, o avanzar o retroceder de esta manera, en relación con la tibia y el peroné.
Aquí está la articulación del tobillo con su cápsula articular intacta, y con el resto de los huesos en su lugar. La cápsula de la articulación del tobillo es laxa en la parte delantera, y también es laxa en la parte de atrás. Esta holgura permite una gam