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2.2.1 Características óseas de la articulación de la rodilla
Transcripción

(3.12)

En esta sección estudiaremos la rodilla. Primero veremos los huesos, luego la articulación de la rodilla y sus movimientos, luego los músculos que la mueven y finalmente los vasos y nervios. Veamos los huesos, comenzando con el fémur.

En la sección anterior vimos el extremo proximal del fémur. Ahora veamos su extremo distal.

Las dos superficies suavemente curvadas son el cóndilo lateral y el cóndilo medial. La profunda fosa que los separa es la fosa intercondílea. Encima de los dos cóndilos están los epicóndilos, lateral y medial. La aguda esquina sobre el epicóndilo medial es el tubérculo del aductor. Este borde prominente es la línea supracondílea medial, esta es la línea supracondílea lateral. Ahora traeremos a escena la tibia y el peroné.

La tibia y el peroné están unidos firmemente entre sí mediante dos articulaciones, las articulaciones proximal y distal. Casi no existe movimiento en ninguna de estas articulaciones. Echemos un vistazo al extremo proximal de la tibia.

Este es el cóndilo medial, este es el cóndilo lateral. Encima de los dos cóndilos se encuentran dos superficies articulares separadas, son mucho más planas que las del fémur. La expansión áspera entre las superficies articulares es el área interarticular. Esta prominencia por el frente, es la tuberosidad de la tibia, inserción final del tendón del cuádriceps. Esta pequeña carilla articular aquí debajo es para el peroné, que ahora veremos.

Esta es la cabeza del peroné, este es el cuello. La cabeza del peroné es el punto de inserción de un gran ligamento de la rodilla como veremos más adelante.

El espacio situado en cada lado de la rodilla entre el cóndilo femoral y el cóndilo tibial está ocupado por una pieza de cartílago en forma de luna, un menisco, que veremos en un momento. El espacio en la mitad, la ...

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(3.12)

En esta sección estudiaremos la rodilla. Primero veremos los huesos, luego la articulación de la rodilla y sus movimientos, luego los músculos que la mueven y finalmente los vasos y nervios. Veamos los huesos, comenzando con el fémur.

En la sección anterior vimos el extremo proximal del fémur. Ahora veamos su extremo distal.

Las dos superficies suavemente curvadas son el cóndilo lateral y el cóndilo medial. La profunda fosa que los separa es la fosa intercondílea. Encima de los dos cóndilos están los epicóndilos, lateral y medial. La aguda esquina sobre el epicóndilo medial es el tubérculo del aductor. Este borde prominente es la línea supracondílea medial, esta es la línea supracondílea lateral. Ahora traeremos a escena la tibia y el peroné.

La tibia y el peroné están unidos firmemente entre sí mediante dos articulaciones, las articulaciones proximal y distal. Casi no existe movimiento en ninguna de estas articulaciones. Echemos un vistazo al extremo proximal de la tibia.

Este es el cóndilo medial, este es el cóndilo lateral. Encima de los dos cóndilos se encuentran dos superficies articulares separadas, son mucho más planas que las del fémur. La expansión áspera entre las superficies articulares es el área interarticular. Esta prominencia por el frente, es la tuberosidad de la tibia, inserción final del tendón del cuádriceps. Esta pequeña carilla articular aquí debajo es para el peroné, que ahora veremos.

Esta es la cabeza del peroné, este es el cuello. La cabeza del peroné es el punto de inserción de un gran ligamento de la rodilla como veremos más adelante.

El espacio situado en cada lado de la rodilla entre el cóndilo femoral y el cóndilo tibial está ocupado por una pieza de cartílago en forma de luna, un menisco, que veremos en un momento. El espacio en la mitad, la fosa intercondílea está ocupado por dos ligamentos cruzados. La fosa intercondílea y su contenido dividen la articulación de la rodilla en dos mitades casi separadas.

Hay un hueso más que debemos traer a escena, la rótula o patela. Como veremos, la rótula está enclavada dentro del tendón del cuádriceps, que viene desde acá arriba y se inserta abajo en la tibia aquí en la tuberosidad de la tibia. La cara posterior de la rótula está dividida en carillas articulares. Estas se articulan ya sea con los cóndilos femorales cuando la rodilla está flexionada o con esta área articular central cuando la rodilla está extendida.

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