(2.34)
Ahora que hemos visto el hueso occipital, echemos una mirada al hueso temporal. Este es un hueso bastante complicado. Para ver de lleno su magnitud, quitaremos de nuevo la mandíbula... el hueso temporal va de aquí afuera, hasta aquí debajo. Esta es la parte petrosa del hueso temporal, esta es la parte escamosa.
El rasgo característico del hueso temporal es esta gran proyección, la apófisis mastoides. Como veremos, es el origen de algunos de los músculos que mueven la cabeza, incluyendo el esternocleidomastoideo. La apófisis mastoides es fácil de sentir aquí, detrás y debajo de la oreja.
Mientras vamos conociendo el hueso temporal, echaremos una primera mirada a otros de sus rasgos característicos, que apreciaremos en las secciones posteriores de estos dos videos. También nos encontraremos con algunas pequeñas aperturas a través de las que pasan importantes vasos sanguíneos, nervios y otras estructuras que entran y salen del cráneo. ¡Hay muchas de estas aperturas! Aquí, miraremos únicamente por fuera las aperturas de los huesos temporales y el occipital.
Este es el arco cigomático, formado principalmente por el hueso temporal y parcialmente por el cercano hueso cigomático. Aquí en la parte inferior de la raíz del arco cigomático, esta superficie compleja encorvada se articula con el cóndilo de la mandíbula para formar la articulación témporo-mandibular.
Este es el meato auditivo externo, que se dirige al oído medio. Esta larga y aguda proyección es la apófisis estiloides. Justamente en la base de la estiloides está el pequeño agujero estilomastoideo, para el nervio facial.
Medial a la apófisis estiloides están dos importantes agujeros para vasos sanguíneos el canal carotídeo, que se dirige hacia adelante para la arteria carótida interna, y el foramen yugular dirigiéndose hacia atrás para la vena yugular interna. Justamente sobre el cóndilo occipital está el canal hipogloso para el nervio hipogloso.