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Aquí está el margen orbital. Justo bajo este y detrás está la glándula lagrimal, que secreta lágrimas. Esta reposa en un hueco en el techo de la orbita, la fosa lagrimal. Los muchos pequeños conductos de la glándula lacrimal se abren en el fornix conjuntival aquí arriba.
Las lágrimas abandonan el frente del ojo a través de dos pequeñas aperturas llamadas “punta”. Acá esta la punta inferior. Para ver la superior, tenemos que doblar el parpado superior. Aquí esta la punta superior.
Para ver a donde se dirigen miraremos una disección en la que el orbicular ha sido quitado, y se ha inyectado material azul en la punta. Aquí está la superior, aquí está la inferior.
Saliendo de ellas están los canalículos: acá está el canalículo superior, acá está el inferior. Los dos canalículos convergen detrás del ligamento palpebral medial, que vamos a quitar. Los canalículos se unen, y entran a este reservorio, el saco lagrimal.
El saco lagrimal está rodeado por las fibras de origen del músculo orbicular. Cuando parpadeamos, la presión de las fibras de este músculo saca lágrimas del saco lagrimal hacia abajo al ducto nasolagrimal.
Regresando a la disección, aquí está la cápsula de la articulación temporomandibular. Es fácil sentir el movimiento del cóndilo poniendo un dedo en el meato externo.
Ahora quitaremos la mandíbula, de manera que podamos ver el meato externo desde el frente. Aquí se une al hueso el cartílago del meato auditivo externo. Quitaremos el cartílago para ver la parte ósea del meato auditivo externo. Esto nos acerca más a la me